Maestra, María del Rosario Hilario Cruz, una vida dedicada al servicio docente

Merecido reconocimiento a la profesora que por años ha forjado nuevas generaciones

Tamiahua, Ver.-  Por el compromiso real que adopta en educar, servir y formar mejores generaciones, padres de familias, estudiantes y la sociedad en general de Tamiahua se sumó al reconocimiento realizado a la profesora María del Rosario Hilario Cruz.

La maestra, con vocación de enseñanza, es el reflejo de que educar se puede hacer con profesionalismo y dedicación, por lo que, al cumplir 30 años al servicio docente, se le reconoció mientras brinda su enseñanza en el Jardín de Niños Cristóbal Colón localizado en la comunidad de La Guasima municipio de Tamiahua.

Los estudiantes que forman parte de una nueva generación, de las muchas que la maestra María del Rosario Hilario Cruz ha formado desde el Jardín de Niños Cristóbal a lo largo de 27 años estando en servicio en ese plantel, le reconocieron por los 30 años de dedicación magisterial que iniciaran en la comunidad de La Joya municipio de Omealca en Veracruz

Fue en 1992, cuando tras egresar de la educación profesional magisterial, la maestra María del Rosario Hilario Cruz  inició su actividad para enseñar a las futuras generaciones en Olmeca y tiempo más adelante llegó al Jardín de Niños de La Guasima con la adrenalina al máximo y para enfrentar un nuevo reto.

“Asustada porque no sabía cómo sería mi nueva aventura, llegue con mi nena de casi 2 años de edad y mi bebe 7 meses todo un reto, pero me encontré con grandes personas mamitas y papitos trabajadores que siempre se pusieron la camiseta y trabajaron para sacar adelante la pequeña escuelita, nunca me dejaron sola siempre estuvieron apoyando. Hoy ese viaje a terminado después de 27 años, donde dejo parte de mi corazón niños que ahora son adultos, papitos que ahora llevan a sus hijos al Cristóbal Colon y que tuve la dicha de atender todavía”, recuerda la maestra con nostalgia.

Dentro de su vida magisterial la maestra reconoce a las compañeras de sector por su amistad y darle la oportunidad de compartir grandes momentos de trabajo, de alegrías y porque no de diferencias ideológicas, pero que al final llegaron a mejores acuerdos.

Reconoció la labor de su esposo, Jorge Bautista Martínez, por ser su compañero de vida y contar siempre con su respaldo, así como a las maestras compañeras en el jardín de niños, a los supervisores escolares.

 

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