MEMORIA DE UN HUNDIMIENTO, EL “BLACKFIN”

Dedicada a todos los familiares de los 5 pescadores y un biólogo

Por: Samuel Hernández Reyes

Tuxpan, Ver.- Aquel 11 de enero del 2011 las redes sociales eran limitadas o poco utilizadas en México, Veracruz y Tuxpan, la información fluía a cuenta gotas, lo más cercano a comunicarse de manera virtual era el Messenger, pero su uso era limitado o no se daba para informar acontecimientos.

En la tarde de ese 11 de enero, para ser exacto pasando las 17:00 horas, una llamada estremeció a este reportero, la llamada me alertaba del hundimiento de un barco que zarpó de Tuxpan y en el que iban seis tripulantes, sacudió mi mente porque se vino a mi memoria los tiempos en que mi hice a altamar para trabajos de pesca del atún y porque en esa actividad teníamos ligado a un familiar directo y muchos amigos.

La fuente poco confiable no precisaba ni nombre del barco, ni de los tripulantes y ni menos la zona de hundimiento, fue una tarde de un esfuerzo personal en busca de la información que hasta esa hora nadie sabía, nadie tenía y nadie daba a conocer.

El hermetismo era total esa tarde del 11 de enero, las autoridades de pesca, de Capitanía de Puerto y hasta de Protección Civil decían no saber nada mientras llegaba la noche y nadie sabia nada, fue así como emprendí el sueño con pocas ganas de hacerlo, en mi mente estaba ese barco y sus seis tripulantes.

A las 6:00 horas ya del 12 de enero, mi equipo móvil de nuevo sonaba para decirme si tenia más datos del barco hundido y fue cuando me dispuse a indagar más del tema toda vez que entendí que el accidente no era un rumor más sino un hecho del que debía indagar, toqué muchas puertas, pero la que más me ayudó luego del hermetismo de las autoridades Federales, Estatales y hasta municipales, fue el ir hasta el muelle pesquero de la comunidad de la Victoria de donde zarpaban los barcos.

Para entonces mi labor informativa era para el Mejor Diario de la Zona Norte de Veracruz y hasta ese año en el rotativo no podría haber fallas para llevar información falsa y se tenía que ser conciso con lo que se informaba, en mi cabeza lo único que pasaba era el barco hundido y sus tripulantes, al llegar al muelle el rumor se convirtió en una realidad; a pesar de que muchos dicen que informaron antes, pero creemos fuimos el primero en hacerlo; el  “BLACKFIN” estaba hundido en el Golfo de México y de sus seis tripulantes no se sabía nada.

No eran tiempos de que la información fluyera por las redes inclusive muchas de ellas no llegaban a México o se sabía de ellas, no existían las transmisiones en vivo con dispositivos móviles y la era digital en medios con sus beneficios era poca utilizada por empresa que mantenían lo impreso como lo más importante, no se daba pie a las páginas de chismes y menos a una información falsa.

Aquella mañana del 12 de enero, el encontrar a esposas, hijos, madres, primos y más familiares de Hugo Morales Hernández, Rutilo Flores González, Miguel Enrique Cruz Sánchez, Alexander Carballo Calixto, Raúl Nicanor Reyes y Álvaro Melchor Barrios, hizo en mi el ponerme en su lugar y por momentos sufrir el dolor por no saber de ellos.

Las imágenes eran devastadoras; el escuchar de voz propia de Margarita Martínez Clementina Barrios, Carmela Hernández San Juan, Eugenia Hernández Aquino, Dulce Gabriela Cueto y Celia Ramírez, esposas y madre de los tripulantes del BLACKFIN, en torno a no saber nada de sus esposos te estremecía porque pasaba por mi mente lo peor, como creo en ese momento lo estaba en la de ellas.

Nos pedían difundir el suceso del que nadie sabía a la hora que hablé con ellas, la petición era innecesaria sabia que era mi deber y que por el propio hecho no se debía dejar pasar, más tarde lo entendí, el suceso fue de carácter Internacional, Nacional, Estatal y Municipal, el atunero “BLACKFIN”, estaba hundido.

Mi primera acción antes de informar fue apoyar a las familias, el clima era devastador el Frente Frío 20 dejaba en esos días temperaturas muy bajas y Norte poco inusuales en la zona, el frío calaba y calaba fuerte ni el café que me ofrecían ayudaba a disminuir lo que se sentía en la piel y, pero sobre todo en mi mente por solo pensar en el “BLACKFIN” y su tripulación.

En el lugar no encontré ninguna autoridad de apoyo a las familias, nadie les sabia decir nada y pocos los respaldaban, olvidé por varios minutos mi labor informativa a lo largo de la cobertura del suceso, me puse en el lugar de todos los familiares y lo primero que busque es que alguien les supiera decir algo y los atendiera en medio de ese frío agudo que se sentía en el muelle de donde saliera el “BLACKFIN”.

No dude en varias ocasiones hacer llamadas a mis fuentes para informales lo que sucedía y para que trataran de indagar en busca de obtener información real para los familiares de los pescadores, más real a la que un servidor traía, mi búsqueda encontró eco, mi teléfono siempre estuvo abierto a mis contactos y fue en el entonces alcalde Alberto Silva Ramos el que ofreció el respaldo en todo momento a los familiares, mi labor de acercamiento de los que estaban en el muelle con el gobierno estaba hecha, la ayuda no tardó en llegar.

Cobijas, enseres, comida y más llegaron al muelle en tiempo récord, el tema comenzaba a saberse por más medios, pero se había ya publicado por este servidor en el medio en que colaboraba, los minutos de cobertura se convirtieron en horas, en ida y regresos junto a los familiares, esos que ahora muchos me escriben para agradecerme el recordar a sus pescadores y el barco hundido, agradecimiento que es innecesario a 11 años porque desde un principio lo que más desee en mi mente y corazón era que el “BLACKFIN” apareciera y sus tripulantes estuvieran con vida.

La búsqueda se extendió, la información recorrió el mundo y por horas la espera del “BLACKFIN” y su tripulación con vida, se convirtió en un suceso del que por años he dado cuenta, la historia se resume en el hundimiento del “BLACKFIN” con todos sus pescadores y un biólogo.

Ese accidente por años se mantendrá en mi mente, porque hubiéramos cambiado las horas de cobertura, de informar y de estar a lado de los familiares, por un resultado contrario a lo sucedido, nadie apareció de los hombres y ni el propio navío, fueron tragados por el mar, por ese mar traicionero y que es un peligro latente para los que se hacen a él.

A 11 años del hundimiento del “BLACKFIN”, en mi mente no solo están ahora los pescadores, sino sus familias, a los que desde este espacio siempre los recuerdo y dejo claro que como ellos hubiera querido que el resultado al accidente fuera lo que no sucedió, pero al final Dios sabe lo que hace.

Mi memoria puede fallar en el relato, pero de algo estoy seguro que los nombres de Hugo Morales Hernández, Rutilo Flores González, Miguel Enrique Cruz Sánchez, Alexander Carballo Calixto, Raúl Nicanor Reyes y Álvaro Melchor Barrios, siempre marcará parte de mi labor de informar, no la de un reportero o periodista, sino la de ser humano que siempre se compromete con llevar la verdad por encima del amarillismo, ese que jamás di en el hundimiento y los familiares de la tripulación “BLACKFIN” me agradecieron siempre por no manejar el hecho con sensacionalismo, familiares a los que desde este espacio envío fraterno abrazo y siempre sus pescadores estarán en mi corazón.

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